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La semana pasada recibí la llamada de una responsable de relaciones públicas diferente. La Sra. Eleanor Bone, de Trinity Road, Tooting, matrona de una residencia de ancianos y suma sacerdotisa de un respetable coven de Londres, quien se ha encargado del rol de portavoz y RR.PP. (sin cobrar) de la mayoría de las brujas de Gran Bretaña. La Sra. Bone, como cualquier buena «escoba nueva» (¡perdón!) quiere empezar bien, mejorando la imagen pública de las brujas de Gran Bretaña.«Lo que quiero que sepa la gente» afirma la Sra. Bone, sentándose frente a mí en un sofá, cerca del altar que hay en el salón de su coven, «es que las brujas no son los malévolos monstruos creados a partir de historias de hadas. Tenemos nuestras ovejas negras (las brujas negras) como cualquier otro grupo, pero ningún coven decente practica magia negra hoy en día. Las brujas blancas (las buenas), pueden servir a útiles fines sociales».
«Recientemente curamos un caso de dermatitis, después de que un doctor lo intentase y fallase. También conseguimos solucionar el asunto de una mujer que tenía problemas con un triángulo amoroso. Llegó a nosotros quejándose de que su marido se había comenzado a interesar demasiado por su secretaria; hasta que el coven se reunió y la secretaria desarrolló una misteriosa dolencia que la mantuvo fuera del trabajo lo suficiente para que su jefe se arrepintiese».
Todo ello fue efectuado por inocua magia blanca. La Sumas sacerdotisa, la Sra. Bone, y unas cuantas compañeras brujas y brujos, se reunieron, se quitaron la ropa y cantaron y bailaron alrededor del círculo de las brujas en su salón; esto eleva los poderes necesarios para solucionar las cosas. «No penséis que tenemos orgías o nada parecido» insiste la Sra. Bone «nos quitamos la ropa para facilitar la liberación de estas energías de poder. Asimismo, es símbolo de los procesos democráticos dentro del arte. Todos son semejantes, sea uno doctor o una secretaria. Después de realizar nuestros ritos y ceremonias, nos sentamos en círculo y bebemos té o café. ¿Qué podría ser más respetable?».
¿Y qué hay de las escobas y los calderos?
«Pura fachada» explica la Sra. Bone «La escobas son tradicionales, pero no tienen ninguna propiedad “mágica”. Respecto a los calderos, sólo se usan una o dos veces al año. Normalmente conservo el mío en el maletero del coche». La Sra. Bone es una persona muy sincera. También lo es su marido, un trabajador de láminas de metal. «Hasta ahora» afirma «No he sentido la llamada. Cuando el coven tiene una sesión, cojo la tele en mi habitación, y les dejo hacer».
Eleanor Bone
mayo 1964
Sunday Telegraph
