La Luna de la Nieve ha comenzado con la Luna Nueva el viernes 11 de enero y la Luna Llena se celebrará el domingo 27 de enero. Este ciclo finalizará la próxima Luna Nueva, el domingo 10 de febrero, que dará comienzo a la Luna de la Muerte.
En Europa Occidental normalmente tenemos dos temporadas frías. La primera tiene lugar a finales de noviembre, mientras que la segunda normalmente acontece a finales de enero, o principios de febrero. Es por ello que este periodo se llama la Luna de la Nieve. Es un nombre inglés que ha sido usado para esta Luna desde el s. XVI pero, aparentemente, los Nativos Americanos usan el mismo nombre para esta Luna.
Es una época extraña. Justo cuando pensaba que el invierno no iba a acabar nunca y que la naturaleza no iba a despertar de nuevo, los primeros bulbos muestran sus cabeza, sobresaliendo de la oscura tierra. Los primeros brotes pueden verse en los árboles, y la naturaleza promete el retorno de la Vida. Después se torna frio y comienza a nevar. El retorno de la Vida es cubierto con un manto blanco y desaparece de nuestra vista nuevamente. En los tiempos anteriores a la invención de los supermercados, también anunciado la época de hambre. Los últimos alimentos habían sido consumidos durante el festival de pleno invierno, o solsticio de invierno, y las pequeñas cantidades de sobras eran consumidas en esta etapa. Esta época de espera estaba a punto de comenzar: ¿quién aguantaría durante el invierno y quién moriría?
A pesar de el frío, la nieve y la desaparición de los signos del retorno de la vida a la vegetación, los primeros corderos nacen en este periodo. El festival pagano de Imbolc (en irlandés “En el Vientre”) cae en este mes, el primer día de febrero. Este festival celebre el inminente regreso de la primavera y, con el nacimiento de los cordero, también anuncia el retorno de la leche; que era una parte importante de la dieta de las personas y tienen el mismo color que la nieve.
La Luna nueva es el último periodo en el que la Naturaleza está esperando, conteniendo su aliento. Se han visto lo primero signos de Vida, pero están cubiertos por un manto de nieve, ocultos a la vista. Si los bulbos y los árboles son viable, lograrán pasar la fría temporada; de lo contrario, la Luna de la Muerte los reclamará.
Meditación asociativa
Si quieres usar una meditación asociativa libre para esta Luna, puedes usar el siguiente ejercicio.
Siéntate cómodamente y cierra los ojos. Centra tus pensamientos en como está sentado tu cuerpo en el suelo o la silla. Una vez estés cómodo, céntrate en tu respiración. Respira e inspira lentamente, inhalando y exhalando profundamente, pero de forma cómoda.
Despeja tu mente y comienza imaginando la nieve. Imagina su tacto, su olor. Imagínala de forma intenta, vívida. Después, despréndete de la imagen lentamente y observa qué es lo siguiente que viene a tu mente.
Cuando sientas que has llegado tan lejos como querías, atrae tu atención de vuelta a tu respiración. Respirando e inspirando lentamente, y centrando tu atención nuevamente en tu cuerpo. Siente como tu cuerpo está haciendo contacto con la silla o el suelo. Entonces abre lentamente tus ojos, agita los dedos de tus manos y tus pies, y estírate. Come o bebe algo si crees que lo necesitas.
Puede usar cualquiera de las siguiente asociaciones como punto de partida en lugar de la Nieve. Son algunas de mis propias asociaciones, mi cadena de pensamiento. Tu meditación asociativa puede (¡y definitivamente debería!) ir en una dirección completamente diferente:
Nieve, bulbos, ramas incipientes, retorno de la vida, manto blanco, blanco, virginal, leche, corderos, supervivencia.
Visualización
Si quiere usar una imagen más definida para una meditación sobre la Luna de la Nieve, he aquí algunas ideas sobre dónde comenzar.
Siéntate cómodamente y cierra los ojos. Centra tus pensamientos en como está sentado tu cuerpo en el suelo o la silla. Una vez estés cómodo, céntrate en tu respiración. Respira e inspira lentamente, inhalando y exhalando profundamente, pero de forma cómoda.
Imagínate a ti mismo de pie, en el linde de un pequeño bosque. Los árboles y el suelo que rodean el bosque están cubiertos de nueve. Es un día radiante, con el Sol brillando y una pequeña Luna en forma de hoz visible en el cielo. Bajo el manto de nieve en el suelo, puedes ver pequeños brotes de bulbos buscando la luz. El reflejo del Sol en la nieve te hace parpadear: es brillante, pero no llega mucho calor del Sol. Hueles el aroma de la nieve, puedes sentirla crujiendo bajo tus pies. Ves una rama larga que se ha desprendido sobre el suelo, cerca de ti. Decides sentarte en la rama y relajarte, absorbiendo la atmósfera. Puede que se te acerque un pájaro o un ciervo, u otra de las criaturas del bosque. También puede ser que no suceda nada, y que simplemente te sientes y te relajes. Puede que vengan a tu mente algunos pensamiento que te ofrezcan un mayor entendimiento de qué está sucediendo en la Naturaleza. De cualquier manera, no fuerces nada: deja que la visualización siga su curso.
Cuando sientas que has estado tanto tiempo como deseas en este lugar, despídete del bosque y agradécele lo que hayas experimentado allí. Atrae tu atención de vuelta a tu respiración. Respirando e inspirando lentamente, y centrando tu atención nuevamente en tu cuerpo. Siente como tu cuerpo está haciendo contacto con la silla o el suelo. Entonces abre lentamente tus ojos, agita los dedos de tus manos y tus pies, y estírate. Come o bebe algo si crees que lo necesitas.
Nota
Si no estás acostumbrado a este tipo de meditación, puede serte de ayuda programar una alarma. Comienza realizando hasta 5 minutos por sesión, cada día. Meditar es bueno ¡pero los excesos no lo son!