La Luna de la Muerte se encuentra ahora sobre nosotros. La Luna Oscura comenzó el sábado 28 de enero y la Luna Llena es el sábado 11 de febrero. La Luna del Despertar comenzará su ciclo el domingo 26 de febrero.
La Naturaleza parece desnuda. Las ramas de los árboles aún se aferran a sus hojas marchitas y marrones, o están vacías. La naturaleza está en un punto de estasis, congelada en el tiempo transmitiendo la espantosa sensación de que la vida no va a retornar nunca y de que el Sol no volverá a calentar la Tierra nunca más. Mucha gente experimenta una inmersión energética en esta época del año.
Este periodo de tiempo solía ser uno de los más duros del año. Los últimos alimentos almacenados estaban a punto de acabarse y el ganado que no fuese esencial para la reproducción y la leche en la parte luminosa del año debían de ser sacrificados y consumidos. Si la cosecha del año anterior había sido escasa, ya no habría comida para compartir con nadie, y mucho menos con los animales. En primer lugar morirían los animales, seguidos por los humanos ancianos y enfermos. Es también la época de la Cuaresma, que solía ser un periodo en el que los alientos más lujosos eran restringidos; y no estaban disponibles para el ciudadano medio.
La muerte es un tema complicado para muchos, pero es una parte esencial del Arte. El Arte se centra en el equilibrio que puede encontrarse en la naturaleza. El equilibrio entre Hombre y Mujer, pero también el equilibrio entre Muerte y Vida. El Crecimiento, la Vida y la Reproducción son partes esenciales de la Naturaleza, y son normalmente contempladas como la «Fuerza Creativa». Sin embargo, como muchas cosas, el Crecimiento tiene un oculto lado oscuro que puede pasarse por alto fácilmente. El Crecimiento en sí mismo es también una fuerza destructiva. El cáncer en nuestros cuerpos es un exponente de crecimiento desenfrenado: las células se multiplican sin saber cuándo parar, destruyendo todo lo demás y su entorno. Si los humanos continuasen multiplicándose sin morir, probablemente nos destruiríamos a nosotros mismos y gran parte del ecosistema del planeta en el proceso. Para ser capaces de hacer sitio a la nueva Vida, primero ha de darse la Muerte de lo vivo. Como Sacerdote, es esencial estar familiarizado con ambos lados y ser capaz de reconocer la importancia de la Muerte y la Destrucción.
Una de las formas de familiarizarse con la Muerte es planeando tus propios ritos funerarios. Esta época del año puede ser un buen momento para comenzar a pensar sobre cómo te gustaría que fuesen tus ritos funerarios, o revisar las decisiones que hayas hecho previamente y ver si se ajustan a tus deseos actuales.
¿Te gustaría ser incinerado o enterrado? ¿dónde te gustaría que se esparciesen tus cenizas o que descansase tu cuerpo? ¿hay opciones de enterramiento ecológico en tu zona? ¿quieres un sudario o un ataúd? ¿sería importante para tu familia tener un lugar en el puedan conmemorarte y conectar contigo? ¿te gustaría que se oficiase la ceremonia? y, de ser así, ¿qué clase de música te gustaría? y ¿quién querrías que diese un discurso?
Hay muchas otras preguntas a las que se podría responder, pero lo más importante es que encuentres un modo de capturar tus deseos de modo que quede claro a tus seres queridos lo que te gustaría que sucediese tras tu muerte. Podría ser una buena idea discutir ahora tus deseos con tus seres queridos de modo que puedan realizar preguntas, y no se sorprendan de tus deseos durante el difícil momento del fallecimiento.
Meditación Asociativa
Si quieres usar una meditación asociativa libre para esta Luna, puedes usar el siguiente ejercicio.
Siéntate cómodamente y cierra los ojos. Centra tus pensamientos en como está sentado tu cuerpo en el suelo o la silla. Una vez estés cómodo, céntrate en tu respiración. Respira e inspira lentamente, inhalando y exhalando profundamente, pero de forma cómoda.
Despeja tu mente y comienza imaginando un hueso. Imagínate sosteniéndolo, sintiendo su textura y peso en tus manos. Imagínalo de forma intenta, vívida. Después, despréndete de la imagen lentamente y observa qué es lo siguiente que viene a tu mente. Si tu mente comienza a divagar lejos del tema, siempre puedes regresar al punto de comienzo y volver a la imagen del hueso.
Cuando sientas que has llegado tan lejos como querías, atrae tu atención de vuelta a tu respiración. Respirando e inspirando lentamente, y centrando tu atención nuevamente en tu cuerpo. Siente como tu cuerpo está haciendo contacto con la silla o el suelo. Entonces abre lentamente tus ojos, agita los dedos de tus manos y tus pies, y estírate. Come o bebe algo si crees que lo necesitas.
Puede usar cualquiera de las siguiente asociaciones como punto de partida en lugar del Hueso. Son algunas de mis propias asociaciones, mi cadena de pensamiento. Tu meditación asociativa puede (¡y definitivamente debería!) ir en una dirección completamente diferente:
Huesos — estructura — hambruna — muerte — miedo — blanco — quebradizo — frágil — suelo — fértil — renacimiento…
Visualización
De forma alternativa, puedes también probar esta visualización para la Luna de la Muerte.
Siéntate cómodamente y cierra los ojos. Centra tus pensamientos en como está sentado tu cuerpo en el suelo o la silla. Una vez estés cómodo, céntrate en tu respiración. Respira e inspira lentamente, inhalando y exhalando profundamente, pero de forma cómoda.
Imagina que ves una puerta frente a ti. La puerta está hecha de madera. Parece vieja y, cuando la miras más de cerca, ves como se ha dibujado un círculo blanco con un agujero redondo en ella.
Cuando decides abrir la puerta, ves una orilla frente a ti. Es una noche clara y la Luna Llena está en lo alto del cielo. Una fría brisa juega con tu pelo. Escuchas el sonido de las olas rompiendo y la sal de la espuma marina cosquillea en tu nariz. En la distancia escuchas el graznido de las gaviotas.
Decides avanzar a la playa a través de la puerta y cierras la puerta detrás de ti.
La luz de la luna brilla a lo largo de la playa. Te percatas de que la playa en la que te encuentras está rodeada de altos acantilados. La arena de la playa está cubierta de algas. Allí dónde la playa se une con los acantilados ves una luz brillando: parece la luz de una hoguera. De repente te das cuenta de que tienes frio y decides dirigirte a la hoguera.
Mientras caminas a través de la playa sientes las algas crujir bajo tus pies. El olor de las algas llega a tu nariz, y puede oler que las algas llevan ahí un buen rato. Huele a pescado podrido.
A medida que te vas acercando a la luz del fuego, puedes distinguir la entrada de una cueva en los acantilados. La hoguera se encuentra justo al borde de la cueva y una figura encorvada se encuentra de pie, cerca del fuego.
Las sombras cubren la cara de la persona, pero puedes ver que se trata de una mujer anciana con ropajes negros y una mantilla envuelta alrededor de la cabeza. Hay un puchero en el fuego, un caldero grande, y la anciana mujer lo está removiendo con una gran cuchara de madera. La entrada de la cueva está cubierta con espinas de pescado. La luz del fuego proyecta estañas sobras en las paredes de la cueva, y las espinas de los peces en el suelo.
La mujer te ha visto acercarte y con su mano te indica que debería de acercarte más al fuego. Cuando te acercas lo suficiente para ver su cara, observas que las facciones de su cara son duras pero no hostiles.
Permaneces quieto, frente a la entrada de la cueva, lo suficientemente cerca del cuerpo para que te caliente algo. La anciana no levanta la mirada, solo mira fijamente el caldero mientras lo remueve con su gran cuchara de madera. Tú también miras dentro del caldero, y ves una oscuro, negro y burbujeante líquido en él. A medida que tu mirada sigue el movimiento de la cuchara moviéndose en círculos dentro del caldero, la anciana comienza a cantar una hipnótica y muda canción.
Mientras continúas mirando al líquido del caldero, comienzan a formarse imágenes. Puede que sean imágenes de tu pasado, o imágenes de cosas que aún están por llegar. Sea lo que sean, deja que surjan de forma natural, deja que fluyan frente a tus ojos. La canción de la anciana te guía y te protege al mismo tiempo. Sabes que puedes apartar la mirada del caldero cuando quieras, pero también que puedes contemplar su interior tanto como creas necesario.
Justo cuando comienzas a sentir que has mirado lo suficiente en el caldero, la canción de la anciana finaliza. Miras en su dirección, y ella te mira directamente a los ojos. Asiente brevemente con su cabeza, se da la vuelta, y se camina adentrándose en la profundidad de la cueva, desapareciendo en las sombras.
El único sonido que permanece es el sonido de las olas precipitándose sobre la playa.
Te percatas de que has estas un buen rato en este lugar y de que es hora de volver. Te das la vuelta y ves que la puerta a través de la que viniste aún está allí. Sigues el mismo camino de vuelta al lugar del que viniste. Caminas de regreso sobre las alfas, hasta que llegas al límite de la orilla con el mar. Te quedas ahí por un momento, asimilando la imagen de la Luna Llena en lo alto del cielo, el sonido de las olas y el aromas de la salada espuma. Dar las gracias al lugar por lo que has experimentado esta noche. Abres la puerta y la cruzas cerrándola tras de ti.
Centra tu atención de nuevo en tu respiración. Respirando e inspirando lentamente, y centrando tu atención nuevamente en tu cuerpo. Siente como tu cuerpo está haciendo contacto con la silla o el suelo. Entonces abre lentamente tus ojos, agita los dedos de tus manos y tus pies, y estírate. Come o bebe algo si crees que lo necesitas.
Sobre las visualizaciones
Las visualizaciones sólo deberían de realizarse cuando te sientas estable y equilibrado. En ocasiones algunas personas se sienten un poco «distanciadas» después de realizar una meditación o visualización. Si se da el caso, por favor, ve a dar una larga caminata o date una buena ducha caliente, seguida de una buena comida.
imágenes «Spooky old tree» por MattysFlicks bajo licencia CC BY-SA 2.0; y «Engraved skull with gold leaf» por Phil Jackson/Andrew Jarvis bajo CC BY 2.0